Cómo tratar la tos




 
La tos es un síntoma asociado a mútiples afecciones respiratorias y actúa como mecanismo de defensa del organismo para eliminar sustancias extrañas o un exceso de secreciones en las vías aéreas. Toser constituye una de las mejores formas para mantener las vías respiratorias limpias, pero cuidado, a veces puede estar indicando  un problema mayor. 
 


              
                                              


A menudo la tos es solo un reflejo natural para ayudar a expulsar cuerpos extraños o líquidos que han penetrado en nuestras vías aéreas, un ejemplo es cuando tragamos por el conducto equivocado. De este modo la tos ayuda a limpiar los bronquios. En otras circunstancias, la tos puede ser el signo de alguna enfermedad respiratoria o un trastorno de urgencia, indicando alguna alteración provocada por ciertos microorganismos en el tracto respiratorio.  

Pese a que en forma habitual la tos se asocia a un resfrío común o una gripe, existe una proporción de casos en la que puede convertirse en un signo de gravedad, como una bronquitis, neumonía o asma bronquial.  Otras causas que pueden mencionarse incluyen: alergias, sinusitis, la exposición al humo de cigarrillo y otros contaminantes ambientales, el tabaquismo y la enfermedad por reflujo gastro-esofágico.
 

Clasificación:

Tos seca: No produce expectoración, es decir, no libera secreciones o flemas desde las vías respiratorias. La tos seca provoca un cosquilleo, irrita la garganta, impide el descanso, causa dolor y tiende a ser crónica por causa de la irritación de la tráquea y de la mucosa faríngea, derivada de la rápida expulsión del aire. Es síntoma de infecciones virales, asma, bronquitis crónica, neumonía, infecciones repiratorias altas, rinitis, entre otras.  
 
Tos productiva: Existe expectoración; es una tos con eliminación de esputo o flema. Es un síntoma derivado de patalogías del sistema respiratorio que tienen alta producción e mucosidad; se deben normalmente a una infección vírica o bacteriana. Este tipo de tos expulsa la flema que se ha formado en nuestros conductos resiratorios, para que el moco anormal y los gérmenes sean eliminados del tracto respiratorio y así facilitar la respiración.

Es posible que una tos seca se convierta en una tos productiva, por ejemplo, en el caso de un resfrío común o gripe. Normalmente existen dos fases: primero una tos seca, seguida de una tos con flema. Cuando los virus invaden el pulmón, el revestimiento del tracto respiratorio es atacado y deteriorado. La secreción normal del moco varía: el moco se vuelve mas pegajoso y se adhiere a los pulmones. No se puede expulsar fácilmente y la tos que se experimenta es muy molesta y agotadora. A medida que el resfrío avanza, normalmente se produce más moco y empieza la tos con flema. Es entonces cuando es posible expulsar la flema al toser.  


     


¿Cómo se puede tratar?

 

Es importante beber mucho líquido cuando se tiene tos. Las membranas mucosas afectadas tienden a secarse. Es muy recomendable beber al menos dos litros de líquido al día. Si la garganta y los bronquios se mantienen húmedos, la flema de los bronquios será menos viscosa. Esto permitirá que se suelte más facilmente y que el organismo tenga menos problemas para expulsarla.

Existen una amplia variedad de medicamentos empleados para aliviar el síntoma de la tos. Antitusivos, mucolíticos y expectorantes son los fármacos utilizados habitualmente para su tratamiento y otros síntomas a menudo asociados al resfrío o la gripe, como el exceso de mucosidad o la congestión.

Cuando la tos seca es síntoma de las patalogías y no permite eldescanso, debeser tratada con un antitusivo antitusígeno para suprimirla. Estos alivian la tos bloquando el reflejo tusígeno. Los mucolíticos, en teoría, actúan a nivel del moco bronquiopulmonar y traqueal, disminuyendo su  viscosidad, haciendo fluir las secreciones y con ello facilitando su expulsión hacia el exterior. La tos productiva es tratada comúnmente con una medicina expectorante, dado que la tos, es un mecanismo por el cual el cuerpo remueve el exceso de moco producido. En estos casos un expectorante hace que el moco sea menos espeso y ayuda a que la tos funcione mejor para expulsar o remover las flemas de la vía aérea.
 

Consejos:

Generalmente el paciente se dirigirá a la farmacia para aliviar los primeros síntomas de la tos. El profesional debe conocer algunas particularidades de caso como:

· Carácter de la tos (seca o productiva)
· Edad del paciente (niño o adulto)
· Frecuencia de la tos (esporádica, frecuente o continua)
· Tiempo de evolución (reciente o duración de más de dos semanas)
· Tabaquismo (para suprimirlo en caso de ser una persona fumadora)
· Posibles causas desencadenantes, como enfermedades respiratorias de las vías aéreas: sinusitis, asma, enfisema; un resfrío, gripe o un síndrome faríngeo; o enfermedades gástricas, muy comúnmente el reflujo gastro-esofágico.


 

 La tos puede ser clasificada, a su vez, como aguda o crónica. La primera en general, se inicia de manera repentina y se produce como consecuencia de un resfrío, una gripe o una sinusitis. No se extiende más allá de dos o tres semanas. Cuando el proceso evoluciona más allá de  las tres semanas se habla de tos crónica.



Frente a algunas situaciones que merecen destacarse, la tos se convierte en un síntoma de  alarma que obliga derivar inmediatamente al paciente a la consulta médica. La difiultad respiratoria, la presencia de respiración entrecortada, la aparición de manchas o la inflamación de la cara o la garganta, además de la dificultad en la degluión, son signos a tener en cuenta.

La resencia de fiebre y de secreciones verdosas o amarillentas, nos habla de una posible infección bacteriana que requiere un tratamiento antibiótico adecuado. Un acceso de tos que se inicia en forma repentina y violenta, un sonido agudo en la inhalación, la expulsión de secreciones sanguinolentas y la presencia de tos en un niño menor de tres meses son elementos importantes. Otros datos relevantes son los antecedentes de enfermedades cardíacas, el desarrollo de edema en los miembros inferiores o la presencia de accesos de tos que se agravan durante la noche. La duración de la tos es un elemento esencial a tener en cuenta. Cuando ésta se extiende más allá de los 13 ó 14 días, pasa a ser un síntoma de urgencia mayor.

    
 


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